Hay quienes, en sus viajes, quieren apartarse de la ruta común y de los destinos turísticos tradicionales. Gente que desea ir más allá, ver cosas que pocos han visto, estar en lugares que pocos han visitado, vivir experiencias inimaginables en países cuya existencia es desconocida para la mayoría de la población. Una gran opción es viajar a Nepal y Bután.

Bután, junto con Nepal, pertenecen al gran continente asiático, específicamente en la zona meridional del mismo, ambos tienen frontera con India y China, estando separados entre sí por el estado indio de Sikkim. Ninguna de esas naciones tiene salida al mar, Nepal destaca por su territorio montañoso, donde se encuentran las montañas más altas del mundo. Por su parte, Bután destaca por su aislamiento del resto del mundo moderno, al ser un Estado donde la mayoría de sus tradiciones budistas ancestrales siguen estando intactas.

Se debe mencionar que ambos destinos son considerablemente baratos en lo que a estadía se refiere, siendo lo más costoso el traslado hacia ellos. Igual que Camboya o Vietnam, la experiencia de viajar a Nepal y Bután podrán darle a quien los conozca una vivencia única, con lo que costaría un simple y mundano recorrido por destinos turísticos más famosos, y por ende, más caros.

Sin duda, ambos destinos destacan por su exotismo, su marcada diferencia con el mundo occidental, y su cultura tan variada como arraigada. Viajar a Nepal y Bután no parece una idea demasiado atractiva al principio, pero los recuerdos y aventuras que los turistas que se atrevan a visitarlos, serán totalmente inolvidables. 

Viajar a Nepal y Bután: Monasterio del Nido del Tigre

En las montañas de Bután se encuentra este lugar místico, sagrado para los budistas tibetanos e ícono de Bután. Llegar hasta ahí es extremadamente difícil, pues hay que atravesar los densos bosques del país, y el trayecto puede tardar incluso varios días, o en casos extremos incluso una semana, si se viaja en la época del monzón.

Una vez superado el largo y complejo trayecto, el Monasterio del Nido del Tigre recibe a sus visitantes con un aire ancestral. Es un lugar que no ha sido tocado por la voracidad moderna, ni por la tecnología que tanto distrae en esta época donde todo debe ser fácil, rápido e inmediato.

Para llegar a la cima se requiere subir por sus 1.500 escalones, una vez ahí, los turistas deberán desactivar sus cámaras y guardar sus teléfonos celulares, pues en su interior no está permitido grabar ni fotografiar nada. En recompensa por ese hecho, la vista que se tiene en la cima de la montaña hacia los densos bosques de Bután, es más que inolvidable.

La cueva del lugar es donde los monjes budistas ponen en práctica su meditación, la cual puede tomar un plazo de hasta tres meses. Al igual que ocurre con el templo, aquí, las fotografías y videos están prohibidos, y los visitantes deberán acatar las normas establecidas cuando se entra a estos sagrados recintos budistas.

Viajar a Nepal y Bután: Katmandú

La ciudad de Katmandú es la capital de Nepal. Es muy similar a las otras capitales asiáticas en lo que a caos se refiere. Ubicada en un valle en lo alto de una montaña, está repleta de colorido y vida, el comercio formal e informal cumple su rutina en las calles y callejuelas de Katmandú, haciéndole compañía a los templos religiosos, plazas y templos.

El bullicio puede llegar a ser ensordecedor pero la gente es receptiva y amable, y sonríe sin vergüenza para la cámara del turista. Además la ciudad ofrece numerosos parques, tan extensos como hermosos.

El visitante debe dejarse tentar por la gastronomía nepalí, y darle una oportunidad a la comida de las ventas ambulantes, en ocasiones tan buena o incluso mejor que los propios restaurantes locales.

Viajar a Nepal y Bután: Monte Everest

La montaña más alta del mundo se encuentra en Nepal, donde es la atracción turística por excelencia, además de servir como línea fronteriza entre Nepal y China. Su nombre original en nepalí es Sagarmāthā, y quienes deseen hacer la escalada hasta la cima, en un viaje tan peligroso como fascinante, podrá contar con la guía de montañistas nepaleses expertos, con décadas de experiencia, quienes se encargan de la seguridad del viaje, incluso poniéndole un fin abrupto si las condiciones son demasiados adversas o el turista demasiado débil.

Subir la famosa montaña no es sencillo, pues hay que conseguir permisos especiales para poder hacerlo, así como costear el pago del guía, mientras se asumen todos los riesgos o accidentes que allí puedan ocurrir.

Sin embargo, los menos audaces tienen la posibilidad de visitar los pies del Everest, y si se atreven, hasta algunos de los picos de menor altura, donde desde lejos se puede ver la cima de la montaña más alta del mundo.

Sea como sea, visitar esta zona del Himalaya es prácticamente una parada obligatoria para aquellos que hayan puesto a Nepal como destino de viaje, dispuestos a vivir la aventura.